En un mundo donde la tecnología evoluciona más rápido que las normas, Chile se posiciona como pionero en Latinoamérica al presentar el Proyecto de Ley de Inteligencia Artificial. Esta iniciativa no solo busca regular, sino también inspirar una innovación con propósito, donde la IA se ponga al servicio de las personas, la ética y el desarrollo sostenible.
En mayo de 2024, el Gobierno de Chile ingresó al Congreso el Proyecto de Ley que regula los Sistemas de Inteligencia Artificial (Boletín 16821-19), una iniciativa pionera en Latinoamérica que busca equilibrar innovación tecnológica y protección de derechos fundamentales.
El texto, impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, se encuentra actualmente en primer trámite constitucional y propone un marco regulatorio integral para el desarrollo, implementación y supervisión de sistemas de IA en el país.
En Digevo Ventures creemos que este hito marca un antes y un después para el ecosistema tecnológico chileno. Porque cuando la innovación se combina con valores, nace la verdadera transformación digital.
Un marco ético y técnico para la era de la IA
El proyecto tiene un objetivo claro: promover la creación e implementación de sistemas de Inteligencia Artificial al servicio de las personas, resguardando los principios democráticos, el Estado de Derecho y los derechos fundamentales. Lejos de restringir la innovación, la propuesta busca dar certezas normativas a empresas, startups y entidades públicas que desarrollen o utilicen IA, en un contexto global donde la regulación se vuelve cada vez más necesaria.
Inspirada en el modelo europeo de la AI Act, la ley chilena propone un enfoque basado en el riesgo. Es decir, no todos los sistemas de IA se regulan igual: el nivel de exigencia dependerá del impacto potencial que puedan tener sobre las personas o la sociedad.
Clasificación de riesgos: cuatro niveles de impacto
El proyecto clasifica los sistemas de IA en cuatro categorías principales:
Riesgo Inaceptable (Prohibidos): Son sistemas incompatibles con los derechos fundamentales, cuya comercialización o uso estará completamente prohibido. Incluyen, por ejemplo, la manipulación subliminal que cause daño físico o mental, la explotación de vulnerabilidades de menores, o la identificación biométrica remota en espacios públicos.
Alto Riesgo: Son aquellos que podrían afectar la salud, seguridad, derechos fundamentales, medioambiente o derechos de los consumidores. Estarán permitidos, pero bajo estrictos requisitos de gestión de riesgos, transparencia, supervisión humana y ciberseguridad.
Riesgo Limitado: Involucran riesgos menores de manipulación o engaño, por lo que deberán cumplir obligaciones de transparencia, como informar claramente cuando una persona interactúa con una máquina o asistente virtual.
Sin Riesgo Evidente: Todos los demás sistemas que no encajen en las categorías anteriores y que, por lo tanto, no requieren regulación específica.
Este enfoque flexible permite que las empresas innoven sin fricciones innecesarias, mientras se protege a la ciudadanía frente a usos abusivos o poco éticos de la tecnología.
¿A quiénes aplica la ley?
El alcance del proyecto es amplio. Abarca a:
Proveedores que introduzcan o pongan en servicio sistemas de IA en Chile.
Implementadores domiciliados en el país que utilicen o adapten IA.
Proveedores extranjeros cuyos sistemas sean utilizados en territorio nacional o generen información usada en Chile.
Esto significa que empresas globales como OpenAI (ChatGPT) o Google (Gemini) deberán respetar las normas locales siempre que sus productos sean utilizados en el país. En otras palabras, el principio de territorialidad digital se impone: lo que pasa en línea también debe cumplir con la ley chilena.
Fiscalización y sanciones
La Agencia de Protección de Datos Personales será la autoridad encargada de fiscalizar y sancionar el cumplimiento de la ley. Se contemplan tres niveles de infracciones, con multas que pueden llegar hasta 20.000 UTM (más de mil millones de pesos chilenos):
Gravísimas: Uso o puesta en servicio de sistemas de riesgo inaceptable.
Graves: Incumplimiento de reglas para IA de alto riesgo.
Leves: Falta de transparencia en sistemas de riesgo limitado.
Además, se considerarán factores como la duración de la infracción, sus consecuencias, las ventas anuales del infractor y las medidas de mitigación adoptadas.
Innovación, apoyo y gobernanza
Uno de los elementos más relevantes —y a menudo menos comentados— del proyecto es su enfoque en el fomento a la innovación responsable. Se contempla la creación de espacios controlados de experimentación (sandboxes) para que empresas, startups y organismos públicos puedan probar soluciones de IA en entornos regulados, favoreciendo así la investigación y el desarrollo sin poner en riesgo a los usuarios.
Asimismo, se crea el Consejo Asesor Técnico de Inteligencia Artificial, una instancia consultiva permanente que orientará al Ministerio de Ciencia en políticas y estrategias relacionadas con el desarrollo ético y sostenible de la IA.
🗓️ Actualización (14 de octubre 2025):
El proyecto de Ley de Inteligencia Artificial avanzó al segundo trámite constitucional. Ahora será revisado por la Comisión de Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado.
Un cambio de paradigma para el ecosistema tecnológico chileno
La futura Ley de IA no solo introduce reglas, sino también una nueva cultura de responsabilidad tecnológica. Para los emprendedores, inversores y empresas del ecosistema digital, esta normativa ofrece una oportunidad: construir confianza en torno a la innovación y posicionar a Chile como un referente regional en la adopción ética de la inteligencia artificial.
Como señala el propio Ministerio de Ciencia en su sitio oficial, el propósito no es detener el avance tecnológico, sino alinearlo con los valores y derechos fundamentales de la sociedad. En otras palabras, se trata de innovar con propósito.
Tres claves para empresas y startups ante la nueva Ley de IA
Evalúa el riesgo de tus sistemas.
Identifica si tu producto o servicio entra en alguna categoría de riesgo. Las empresas que desarrollen o integren IA deben implementar procesos de evaluación y gestión de riesgos, así como mecanismos de transparencia y supervisión humana.Prepara la documentación técnica.
Los sistemas de alto riesgo deberán contar con documentación verificable y explicable, lo que exigirá trazabilidad de datos, reportes de auditoría y protocolos de seguridad. Anticiparse a estas exigencias puede ser una ventaja competitiva.Innova dentro del marco.
El proyecto promueve el uso de entornos de prueba regulados (sandboxes) y medidas de apoyo para pymes y startups tecnológicas. Aprovechar estos espacios permitirá desarrollar soluciones seguras y escalables dentro de un marco legal claro.
En síntesis, Chile se prepara para entrar en una nueva etapa en materia de inteligencia artificial: una en que la ética, la seguridad y la innovación convergen. Para los líderes tecnológicos y emprendedores, entender esta ley no solo será una cuestión de cumplimiento, sino una oportunidad estratégica para crear tecnología con propósito y confianza.


